Cuando decides ser Emprended@r, asumes, posiblemente dos escenarios: Uno en el que tu emprendimiento será un camino de rosas, maravilloso y exitoso a la primera y el otro, en el que no llega el capital, la campaña de marketing no ha funcionado, el socio “te fallo”, te cancelaron alianzas, o simplemente sientes que eres la única persona que tiene una nube negra sobre la cabeza y batalla con todo.
Sin duda alguna como nuevo y valiente emprended@r, la Inteligencia Emocional será una de tus grandes herramientas y te ayudara a manejar de una mejor manera las emociones. Sin embargo, lo que comes, va de la mano y será tu as bajo la manga. ¿Te hace sentido lo que te digo? Pues sigue leyendo.
¿Alguna vez habéis parado a pensar de donde nos provienen las emociones? Pues de los pensamientos y de lo que comemos.
En primer lugar imagino que cada uno de nosotros hemos experimentado que en algunas situaciones, en función de nuestro estado de ánimo, nos apetece más unos alimentos u otros, ¿no es así? lo que quiero decir es que es muy habitual que de una manera inconsciente y muchas veces de una forma compulsiva nos apetezca más ciertos alimentos muy concretos.
Si te fijas, en la mayoría de ocasiones que estamos content@s, alegres, eufóric@s, relajado@s nos apetecen ciertos tipos de alimentos y cuando estamos con estrés, con preocupaciones, etc… nos apetezcan otros… ¿Porqué sentimos eso? ¿Soy consciente? ¿Cómo es mi alimentación?
La Medicina Tradicional China nos cuenta como el estado de nuestros órganos determina nuestro estado emocional además de nuestro estado de salud. Todo ello se integra dentro de una alimentación energética, variada y consciente. La alimentación energética No es una dieta, ni una moda, ni siquiera un tipo de alimentación si no más bien es un estilo de vida. Se basa en la selección de alimentos ecológicos, libres de aditivos, de proximidad y estacionales dónde se aplica siempre el sentido común y la lógica a la hora de comprarlos, cocinarlos, conservarlos consumirlos.
La importancia de llevar una alimentación energética es que nos ayuda a hacernos conscientes de cuales son las reacciones de nuestro cuerpo, a ser conscientes de lo que nos dice en algún momento y aprendemos a ver que reacciones producen los alimentos tanto a nivel físico como emocional. Tenemos que entender que estamos hechos de un cuerpo físico, mental y emocional y que tienen que estar en equilibrio para gozar de buena salud.
Empezaré a explicar que nuestro cuerpo físico lo podemos ver, tocar, palpar, necesita comida real, hacer respiraciones conscientes, ejercicio físico, descanso… El cuerpo físico requiere de tiempo para cambiar y pasar de un estado a otro y estas variaciones solo se producen con el tiempo, Por ejemplo: “Si me propongo un cambio de alimentación, los cambios físicos los notaremos con el tiempo y no al instante”.
Cuando hablo de alimentos reales me refiero a:
- Alimentos sin códigos de barra, ni plásticos, alimentos que contengan energía vital, vegetales, cereales (arroz integral, mijo, trigo sarraceno, quinoa…), libres de aditivos y que no estén procesados
- Que sea una alimentación variada y equilibrada con una correcta distribución de los alimentos en el tiempo
- Que sean alimentos con elevado contenido acuoso
El cuerpo emocional NO podemos verlo, ni tocarlo, ni palparlo pero SI sentirlo, y a veces, con mucha intensidad y los cambios se producen de forma rápida, en el momento. Si ponemos un ejemplo “Me despierto con buen humor pero en función de lo que me voy encontrando u ocurriendo, discusiones, día lluvioso, se estropea el coche, cansancio, etc… mi estado de ánimo puede cambiar incluso varias veces al día”
¿Qué es lo que haces cuando estás triste o con nervios? La respuesta es dar un paseo o comer…
Cuando las emociones nos desbordan la tendencia es a comer mal, sin horarios, tendemos a tomar alimentos y bebidas de forma compulsiva para poder camuflar, esquivar o no sentir la emociones momentáneamente o simplemente llenar con comida el vacío que sentimos en nuestras vidas, miedos, inseguridades, etc… pero no deja de ser una solución momentánea.
Si estoy triste, con preocupaciones o estrés la tendencia es a comer dulce, chocolate, bollería y si es puntualmente no pasa nada pero si lo haces a diario acabará afectando negativamente a tu cuerpo físico y mental, es cuestión de tiempo.
La relación que existe entre las emociones que sentimos y los alimentos que nos apetece comer en cada momento, son unas relaciones muy específicas de cada uno y muy particulares. Por ello llevar una alimentación consciente es muy importante para poder entender que necesidades tenemos y cual es nuestra tendencia de actuar, camuflar o evadir. El comer de manera emocional y mirar hacia otro lado nuestras emociones, podríamos decir, que es una reacción poco adulta, y deberíamos comprometernos al 100% con nuestra alimentación para poder tener buena salud, energía, pensamientos, decisiones positivas, bienestar, ya que somos lo que comemos.
Sobretodo es importante que sea una alimentación sana y energética para poder emprender cualquier cosa que te propongas en la vida.
Para ello lo primero que deberíamos saber es diferenciar que tipo de hambre tenemos, hambre física o emocional ya que no son los mismos síntomas. Te recomiendo antes que nada que practiques 15-20 minutos al día respiraciones profundas y te conectes con tus necesidades…
¿Cómo es mi respiración?, ¿Cómo me siento?, ¿Qué necesito ahora?
Una vez respondidas esas preguntas pasa a la acción de manera consciente y no automática, elige buenos alimentos, come despacio, mastica bien, hidrátate durante el día, haz algo de ejercicio, medita 15 minutos al día, cena temprano, descansa y piensa que todo lo bueno siempre está por llegar…
Que pases un buen día….
Sonia Morillo. Coach y facilitadora de procesos de cambio.