Para hablarte de cavernícolas en la gestión del talento, primero quiero contarte una situación que viví hace unos años…
Recuerdo una reunión donde estábamos un grupo de gerentes de área de una gran empresa automotriz con el director general (y dueño de un grupo de empresas líder en su sector) cuando de pronto sonó el móvil de uno de ellos.
Con los nervios saliéndole por los poros, de manera casi imperceptible y veloz, silencio la llamada y la reunión continúo. El director siguió con su exposición mientras caminaba por la sala, dando pasos firmes que hacían vibrar el piso 9 de aquel corporativo, cuando de pronto vuelve a sonar el móvil del mismo gerente y en dos segundos se había callado y a cambio un fuerte golpe nos “despertó” a todos.
El móvil había sido lanzado a la pared de la sala por el director acompañado de algunas malas palabras. La sala estaba totalmente en silencio, todos los que estábamos ahí teníamos expresiones de temor, susto, miedo… vamos de todo menos calma. Y sí, el continúo la reunión como si no hubiese pasado absolutamente nada.
¿Qué hubieras hecho tú?, ¿Qué piensas de este jefe?, ¿Podrías trabajar con un jefe así?
En el mundo de las organizaciones se puede encontrar a todo tipo de jefes, y es que estos no los elegimos nosotros, no se hace una votación para elegir a un director y si hay una empresa que lo haga, quisiera saber cómo lo hace.
Al jefe de mi memoria, le llamare Jefe Cavernícola. Es autoritario, macho alfa, y con una gestión de mala cara, que va logrando más por el abuso del recurso que por el enrolamiento y liderazgo. Y estoy segura que has conocido a alguno así o por lo menos escuchado de uno, por lo que más que detenernos en hablar de sus características, la cuestión es, ¿Cómo lidiar con ellos?
El tema es, qué estrategia es mejor usar para recibir el menor daño en nuestra vida personal y profesional. Que hacer para minimizar los daños; ser adulador, quedar siempre bien, aceptar sin chistar, enfrentarse abiertamente, resignarse, reírse o renunciar…. Porque como leí hace tiempo en un texto de Tino Fernández “ya se sabe que la gente se va de los jefes, no de las empresas”
¿Cómo aguantar?
Están ahí e influyen con sus decisiones en el día a día profesional y también en nuestra vida cotidiana.
Creo que hacerle la pelota no será la mejor solución, ya que además de fracturar la relación con tus compañeros a mediano plazo, restaras importancia a tu dignidad. Por otro lado, si crees que la situación puede sobrellevarse, acepta la realidad y no te tomes nada personal; maneja los temas de conversación exclusivamente laborales. Recuerda que este jefe cavernícola está ahí porque tiene una inteligencia natural por lo que se dará cuenta si estas siendo adulador intencionalmente.
Por otro lado, puedes tratar de conocer la personalidad de tu jefe, y saber qué es lo que le provoca para que des un paso atrás si la situación se torna impulsiva o si te genera algún malestar. De ser posible, se más inteligente emocionalmente, es decir: se conciliador, paciente, reflexivo y analítico. Solo cuidado con este último punto, tampoco se trata de que estés comiéndote el coco analizando cada situación que tenga que ver con él.
Algunos coaches refieren que los conflictos en este tipo de vínculos, no se pueden trabajar desde el enfoque personal, no es conveniente tratar el tema cuando el conflicto se refiere a valores o ideales, ya que estos son del campo personal, sin embargo hablar del desempeño sí que será viable.
Además, hoy en día es posible la denuncia, se ha ganado mucho campo en temas de mobbing, comportamientos poco éticos y discriminatorios. Y seguramente que los líderes que estén en el headquarter de la organización querrán saber que existen jefes inaceptables que están provocando climas de trabajo hostiles, poco saludables e incluso la alta rotación de su personal.
Solo recuerda que cualquier denuncia debe ser sólida, por lo que deberá estar basada en argumentos reales y concretos, y si además de esto logras que sea validada por otras será más fácil generar un cambio.
También es importante tener en cuenta que lo ideal es no enfrentarse a ellos, mantener un bajo perfil hará que dirijan su estilo cavernícola hacia otro lado, no te expongas demasiado, no te conviene y mucho menos le retes en público. Ten en cuenta la inseguridad que caracteriza a estos cafres de la gestión.
Para finalizar, detente un momento a pensar y obtener la riqueza de esta situación. Posiblemente me lees y piensas que no hay nada que aprender, sin embargo, alguna cualidad o habilidad tendrá esta persona para estar en el cargo que tiene. Así como recuerdas al jefe que ha sido extraordinario contigo por lo que te ha enseñado, recuerda a este como la referencia de lo que no quieres ser.